sábado, 23 de julio de 2011

Día de Actividades: Búsqueda del Tesoro


"Hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos."
Doctrina y Convenios 89:19

Comenzamos el juego con todos los niños en el mismo punto, pero si es un grupo más grande posiblemente deseen dividirse en equipos. Los niños necesitarán sus escrituras para esta búsqueda del tesoro. Aquí están las pistas que podrían utilizar, pero puede adaptarla dependiendo de los lugares que tengan para esconderlas.

  • 1era Pista: 3Nefi 17:23 → Esta pista nos lleva a la guardería o salón de la primaria.
  • En la guardería: Alma 13:15 → Esta pista nos lleva a la cajita de sobres de diezmo.
  • En la cajita de sobres de diezmo: D. y C. 25:12 → Esta pista nos lleva al piano.
  • En el piano: Malaquías 4:6 → Esta pista nos lleva al salón de Genealogía.
  • En el salón de Genealogía: Proverbios 31:10 → Esta pista nos lleva al salón de la Mujeres Jóvenes.
  • En el salón de la Mujeres Jóvenes: D. y C. 88:119 → Esta pista nos lleva al cuadro del Templo.
  • En el cuadro del Templo: Juan 3:5 → Esta pista nos lleva al salón de la Pila Bautismal.
  • En el salón de la Pila Bautismal: D. y C. 20:75-79 → Esta pista nos lleva a la Mesa Sacramental.
  • En la Mesa Sacramental: El Tesoro!

El Tesoro puede ser una caja de zapatos forrada en forma de cofre y dentro puede contener golosinas doradas. También pueden hacer sus propios cofres con cartón corrugado.




Al finalizar el juego recalque que por medio de la lectura de las escrituras y la aplicación de sus enseñanzas podemos ser bendecidos con “Tesoros escondidos”.

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miércoles, 20 de julio de 2011

Tiempo para Compartir: Me puedo preparar para ser digno de entrar al templo.

Liahona Marzo 2007


Invite al obispo o al presidente de rama (o a otro miembro del obispado o de la presidencia de rama) a mostrarles a los niños su licencia (permiso) de conducir autos. (También valdría cualquier otro tipo de permiso o licencia, por ejemplo, de caza, pesca, etc.) Pídale que hable de los requisitos que tuvo que cumplir para obtener dicha licencia o permiso y entonces pídale que les muestre un documento aún más importante: su recomendación para el templo. Pídale que les diga a los niños algunas de las cosas que precisan hacer para conseguir una recomendación para el templo. Prepare varias tiras de papel y escriba en cada una un principio del Evangelio que sea necesario vivir a fin de poder ir al templo, y un número de pasos. Por ejemplo: “Guardas la Palabra de Sabiduría: avanza dos pasos”. 

Coloque una lámina de un templo en cada pared y pida a cuatro niños que comiencen en el centro del cuarto y que cada uno avance hacia un templo diferente. (Acláreles que no se trata de una competencia. Usted desea que todos los niños alcancen el templo.) Pida a cada niño que elija una tira de papel, que lea el principio y que avance el número de pasos que se indica. 

Cada vez que un niño llegue al templo, pídale que busque una canción en el reverso de la lámina. Canten la canción y prosigan con el juego. Después de cantar todas las canciones, aliente a los niños a vivir dignos de entrar al templo.


 
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martes, 19 de julio de 2011

Presentación de la Primaria en la Reunión Sacramental 2011

¿Cómo van sus preparativos? Yo ya tengo armada mi Presentación.

Cuando armen las suyas recuerden estos puntos que publiqué el año pasado.

Lo que yo hice fue dejar espacios antes de cada frase para escribir los nombres de los niños o clases, las señas u observaciones las puse en color, escribí la letra de las canciones y traté de que toda la presentación se centre en las enseñanzas de las escrituras.

Aquí les dejo mi presentación y espero que compartan sus ideas también!


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martes, 12 de julio de 2011

Tiempo para Compartir: Los pioneros trabajaron arduamente y se sacrificaron para construir templos.


 "Lección 25: Se construye el Templo de Kirtland,"  
Primaria 5: El Doctrina y Convenios y la Historia de la Iglesia, (1996)

Lleve a la clase objetos que representen los mencionados en el relato histórico, tales como piedras, un trozo de tela blanca para representar las cortinas, algo de loza o cristal, una aguja de coser, harina de maíz, dinero de juguete o algunas monedas de poco valor y un reloj (para representar el tiempo que pasaron para edificar el templo).

Al comienzo de la clase, pida a cada uno de los niños que elija un objeto. Al mencionar cada uno de los objetos durante el relato histórico, el niño que lo tiene debe ponerlo a la vista sobre la mesa o en el suelo. Una vez que usted haya terminado la narración, analicen de qué forma cada una de esas cosas representa algo que los miembros de la Iglesia sacrificaron con el fin de edificar el templo.

Muestre la lámina del Templo de Kirtland en el momento que considere más apropiado.
En diciembre de 1832, el Señor mandó a los miembros de la Iglesia que construyeran un templo en la ciudad de Kirtland, estado de Ohio. Ellos debían “establece[r] una casa, sí, una casa de oración, una casa de ayuno, una casa de fe, una casa de instrucción, una casa de gloria, una casa de orden, una casa de Dios” (D. y C. 88:119).

Como los miembros de la Iglesia eran muy pobres y sabían que para construir el templo necesitarían mucho dinero, no comenzaron a edificarlo inmediatamente. Pasaron seis meses y ellos todavía continuaban sin comenzar la edificación del templo. Fue así que, en junio de 1833, el Señor le reveló a José Smith que estaba disgustado con los miembros de la Iglesia porque no habían comenzado a construir Su casa. El Señor dijo que ellos habían “cometido un pecado muy grave” al no obedecer el mandamiento que les había dado (D. y C. 95:3). Los miembros se arrepintieron y, cuatro días después, los hombres comenzaron a acarrear piedras y a hacer las excavaciones para la construcción del templo.

José Smith preguntó a algunos de los demás líderes de la Iglesia su opinión sobre la forma en que debían construir el templo. Algunos dijeron que debían hacerlo de troncos mientras que otros de tablas de madera. José entonces les dijo: Hermanos, ¿en verdad creen ustedes que debemos construir una casa de troncos para nuestro Dios? No, en realidad yo tengo un plan mejor. El Señor me ha mostrado un modelo de la forma en que debemos edificar Su casa y pronto verán la diferencia que existe entre nuestra forma de pensar y la de Él” (citado en Lucy Mack Smith, History of Joseph Smith, pág. 230). En una visión, la Primera Presidencia de la Iglesia: José Smith, Sidney Rigdon y Frederick G. Williams, vio los planos del Templo de Kirtland. Frederick G. Williams explicó que el Señor le había dicho a José Smith que se reuniera con sus consejeros y que Él les mostraría cómo deberían edificar el templo (véase D. y C. 95:14).
Los tres se arrodillaron para orar y vieron el templo en una visión. Primero vieron la parte de afuera; luego, les dio la impresión de que el edificio pasaba por sobre ellos y pudieron ver el interior. Frederick G. Williams dijo que una vez que el Templo de Kirtland quedó terminado, había quedado exactamente como lo vieron en la visión. Durante la construcción alguien trató de persuadir a José Smith para que cambiara parte del diseño, pero él insistió en que el templo debía edificarse tal cual se les había mostrado en la visión.

El Templo de Kirtland no era exactamente igual que los templos de la actualidad, donde las familias se sellan por esta vida y la eternidad, y donde se efectúa la obra por los muertos. Era más parecido a un centro de reuniones especial donde los miembros llevaban a cabo las reuniones de la Iglesia. El Señor les dijo con precisión el tamaño que debía tener el templo (D. y C. 95:15): tenía 33 metros (110 pies) de altura, desde el suelo hasta la punta de la cúpula. Se había construido de piedra y las paredes exteriores se habían revocado con argamasa. En el interior, la planta baja tenía tres filas ascendentes de asientos con tres púlpitos cada uno de ellos sobre el lado oeste y este del salón. Las filas de uno de los extremos eran los púlpitos del Sacerdocio de Melquisedec mientras que los del otro extremo eran los del Sacerdocio Aarónico. Los asientos del salón eran giratorios con el fin de que la congregación pudiera mirar hacia ambos lados del salón.

Debido a que los miembros de la Iglesia eran muy pobres, tuvieron que sacrificarse mucho para edificar el Templo de Kirtland. Casi todos los hombres que podían trabajar y que no se encontraban lejos haciendo la obra misional, ayudaron a edificar el templo. José Smith era el encargado de la cantera donde se sacaba la piedra para levantar las paredes. Los sábados, los que tenían caballo y carretas acarreaban la piedra acumulada en la cantera hasta el solar donde se estaba construyendo el templo para que de esa forma los albañiles tuvieran suficiente piedra cortada para trabajar durante la semana.

Emma Smith supervisaba a las hermanas de Kirtland en la confección de ropa para los trabajadores del templo. Ellas hicieron también alfombras y cortinas de lienzo blanco. Las cortinas se colgaron desde el techo del templo de tal manera que se podían utilizar para dividir los salones grandes del primer y segundo piso en cuartos pequeños. Se habían colgado también cortinas sobre los púlpitos con el objeto de brindar cierto aislamiento cuando era necesario estar en privado.

Muchas personas trabajaron todos los días en la construcción del templo. En ocasiones, los trabajadores no tenían mucha comida ni ropa adecuada ya que donaban todo el dinero que poseían para edificar el templo. Daniel Tyler dijo:
“Cuantas veces vi a esos humildes y fieles siervos del Señor, después de haber estado todo el día trabajando arduamente en la cantera o en la construcción donde se estaban levantando las paredes del templo, agotados y sin fuerzas, pero con los rostros radiantes de alegría, volver a sus casas con un poco de harina de maíz que alguien había donado. Para las familias que no tenían una vaca que les diera un poco de leche, esa harina de maíz era todo lo que tenían para subsistir. Cuando recibían un poco de harina, mantequilla o carne, lo consideraban un lujo. En ocasiones, recibían como donativo un poco … de melaza, pero muchas veces, los hermanos tenían que buscar trabajo en otro lado para conseguir unos cuantos litros; luego de lo cual volvían a trabajar en la construcción del templo” (citado en Karl Ricks Anderson, Joseph Smith’s Kirtland: Eyewitness Accounts, pág. 161).

Los líderes de la Iglesia y los miembros oraron pidiendo ayuda para terminar el templo, y una de las formas en que el Señor contestó esas oraciones fue enviando algunos miembros ricos a Kirtland. Ellos tenían el dinero suficiente para pagar el dinero que los miembros de la Iglesia debían al banco y evitar así que éste se adueñara del templo.

Los miembros de la Iglesia tenían que proteger el templo del populacho que intentaba destruirlo. Algunos hermanos dormían muy poco, ya que trabajaban durante todo el día en la construcción del templo y de noche tenían que quedarse a hacer guardia armados. El populacho tenía también amenazada la vida del Profeta y de otros líderes de la Iglesia. Oliver Huntington, el guardaespalda de José Smith, relató el incidente que ocurrió en una ocasión:
“En esa época, era necesario que los hermanos protegieran a José Smith día y noche de la violencia del populacho. Una noche en que se encontraba en una cabaña de troncos junto a varios de los hermanos que hacían arreglos para ver quien se quedaba de guardia esa noche, José Smith escuchó la oración que un niño pequeño daba en una habitación contigua.

“El niño oraba pidiendo protección para el Profeta, para que esa noche estuviera protegido del ataque del populacho.

“Cuando el niño terminó de orar, José Smith se volvió hacia sus hermanos y les dijo que se fueran todos a la cama y que durmieran tranquilos esa noche porque Dios había oído la oración del pequeño y la contestaría. De modo que todos se fueron a acostar y durmieron seguros hasta la mañana sin ser molestados” (citado en Anderson, pág. 165).

Los miembros de la Iglesia juntaron vajilla y cristal rotos para que los mezclaran con el revoque para que el templo se viera más hermoso. Cuando el templo estuvo terminado, las paredes exteriores brillaban bajo la luz de los rayos del sol.

El Señor mandó a los miembros de la Iglesia que edificaran el Templo de Kirtland porque necesitaba un lugar en el cual Él y otros mensajeros celestiales pudieran ir a restaurar las llaves indispensables del sacerdocio. Los miembros necesitaban también un lugar donde reunirse y aprender de sus líderes. El edificar el Templo de Kirtland fue una empresa muy grande, pero los miembros trabajaron arduamente y tenían fe en que el Señor los ayudaría a llevar a cabo lo que Él les había mandado hacer. Antes de marzo de 1836, el templo estaba listo para ser dedicado.

Testifique que cuando hacemos lo que el Señor nos pide, aun cuando para ello se requiera un gran sacrificio de nuestra parte, Él nos ayudará y bendecirá.

 
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domingo, 10 de julio de 2011

"Me encanta ver el Templo" - Repaso



Pegue debajo de cada silla una lámina de un Templo. Canten la canción mientras se pasan una pelotita. Cuando la pianista deja de tocar, el niño que tiene la pelotita deberá sacar la lámina de su silla y decir de donde es el templo. Puede utilizar un mapa para ubicar el Templo.


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viernes, 8 de julio de 2011

Bendiciones del templo - Élder Paul E. Koelliker


“…en lo postrero de los tiempos… será confirmado el monte de la casa de Jehová… y correrán a él todas las naciones” (Isaías 2:2).

Me encanta el templo; cuando era niño, mi maestra de la Primaria llevó a mi clase a los jardines del Templo de Salt Lake. Fue maravilloso caminar por esos lugares, admirar las bellas flores y sentir el Espíritu de nuestro Padre Celestial cerca de la casa del Señor.

Mi maestra dijo que el templo estaba construido con piedras de granito y nos habló acerca del sacrificio que los pioneros hicieron para conseguir esas preciosas piedras, de que les tomaba cinco días acarrear una piedra hacia el sitio del templo. “¿Ven todas esas piedras?”, preguntó. “Piensen en cuántos días les habrá tomado a los pioneros traerlas para construir este hermoso templo”. Recuerdo haberme dado cuenta del sacrificio que hicieron nuestros antepasados.

Fue una experiencia inolvidable, así como también un ejemplo de la forma en que ustedes, niños, pueden disfrutar de las bendiciones del templo hoy día. Si viven cerca de un templo, pueden participar de la atmósfera espiritual que reina en los terrenos del mismo. Después de que sean bautizados y confirmados, pueden participar en las dedicaciones de los templos, ya que habrá muchas más; ¡once de ellas se están planificando ahora mismo! Cuando cumplan doce años, pueden llevar a cabo bautismos por los muertos. No importa cuán distantes vivan de un templo, es importante que se preparen ahora para esa sagrada oportunidad.

Los niños surten una poderosa influencia positiva tanto en los adultos como en otros niños. Unos niños de la Primaria del distrito del Templo de Houston Texas escribieron a los contratistas que estaban construyendo el templo en ese lugar. En la carta, decían: “Queremos que sepan que el templo es muy importante para nosotros. Debido a que el sitio lo dedicó un Apóstol del Señor, el edificio y el terreno son sagrados para nosotros. El templo es el lugar a donde iremos para casarnos; iremos allí para aprender lo que necesitamos saber para regresar a nuestro Padre Celestial. Que el Señor los bendiga por el trabajo que están haciendo para nuestro beneficio”.

Entonces los contratistas tomaron esa hermosa carta y la colocaron en su oficina, donde la leían todos los días. Cuando el templo estuvo terminado, los contratistas llevaron a sus propios hijos a hacer un recorrido del templo, a fin de sentir el espíritu que los niños de la Primaria habían expresado en su carta.

Otra de las bendiciones que he tenido en la vida ha sido la de trabajar tan cerca del presidente Gordon B. Hinckley. Durante los últimos nueve años, la Iglesia ha aumentado el número de templos de 51 a 124. Ese milagro ha fortalecido mi fe y me ha ayudado a comprender la importancia de los templos.

En 1998 había 51 templos en funcionamiento y 17 estaban en construcción; después, en la conferencia general, el presidente Hinckley dijo que para finales del año 2000 necesitábamos tener 100 templos, lo cual significaba que se construirían 32 nuevos templos, además de los 17 que ya estaban en el proceso de construcción. Pensamos que sería una tarea imposible; pero nada es imposible cuando se tienen las bendiciones del Señor. Requirió muchos milagros para lograrlo en tan corto tiempo. Una y otra vez, las cosas se solucionaban en el preciso momento, y se producían milagros como el encontrar las capas de césped suficientes para colocarlas en los terrenos del templo tan sólo unas horas antes de que se llevara a cabo la dedicación.

En el año 2000 se dedicaron 34 templos; es la cantidad más grande que se haya dedicado en un año en la historia de este mundo. El presidente Hinckley fue inspirado a dedicar más templos. Después, el Señor nos bendijo de manera maravillosa y ayudó a que eso ocurriera porque Él honra a Sus profetas. Espero que ustedes también honren a los profetas, y espero que siempre valoren las bendiciones del templo y se preparen para recibirlas.

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miércoles, 6 de julio de 2011

Tiempo para Compartir: Las familias son bendecidas por medio de las ordenanzas sagradas del templo.


Un domingo, durante la reunión de testimonios, Angie, de nueve años, le dijo a la congregación que su canción preferida era “Las familias pueden ser eternas”. Habló de lo grandioso que es que nuestro Padre Celestial tenga un plan maravilloso para que podamos estar juntos para siempre.

Los padres de Angie no se habían sellado en el templo. Poco después de aquel día, Katie, la hermana de Angie, dejó una carta sobre la almohada de sus padres instándolos a ir al templo.

Angie y Katie tenían muchos deseos de que su familia se sellara en el templo. Sus padres oraron en cuanto a ello y todos se esforzaron mucho para prepararse; cuando llegó el momento, pudieron ir al templo y sellarse para siempre.

Incluso si tu familia no se ha sellado, algún día podrás ir al templo. Una vez que cumplas doce años, podrás llevar a cabo bautismos por los muertos en el templo. A fin de prepararte desde ahora, debes guardar los mandamientos y vivir Mis normas del Evangelio.

Cuando nos bautizamos hacemos convenios con nuestro Padre Celestial de obedecer Sus mandamientos. Si los observamos, algún día podremos ir al templo para hacer más convenios, participar en ordenanzas sagradas (ceremonias especiales de significado espiritual) y recibir bendiciones.




Las ordenanzas del templo crean familias eternas. Mediante los sellamientos en el templo, las familias enteras —hermanos, hermanas, padres, madres, abuelos, bisabuelos y demás parientes— pueden permanecer unidas para siempre.

Prepárate ahora para vivir rectamente y aprender sobre la historia familiar. Cuando cumplas 12 años puedes ir al templo y bautizarte por tus antepasados para permitirles unirse a tu familia eterna.

También puedes prepararte para vivir con tu familia eterna al tratar a los demás con amor y bondad. El élder Robert D. Hales, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó: “A fin de recibir las bendiciones del sellamiento que nuestro Padre Celestial nos ha dado, debemos obedecer los mandamientos y conducirnos de tal forma que nuestra familia quiera estar con nosotros en la eternidad”

Explique que los niños pueden ayudar a sus familias a estar juntas para siempre al ser comprensivos. Hábleles de Salomón, quien pidió a Dios un corazón comprensivo (véase 1 Reyes 3:5, 9–12). 

Comenten lo que significa tener un corazón comprensivo. Recorte varios corazones de papel y escriba una situación en cada uno. Por ejemplo: 
- Tu hermano se ha lastimado el brazo; 
- Tu madre llega tarde a hacer la cena porque ha estado ayudando a una vecina; 
 -Tu amigo quiere que te quedes a jugar, pero tú ves a tu padre trabajando en el patio. 

Explique a los niños que ellos tienen un corazón comprensivo y pregúnteles qué harían en cada situación. Canten "Las familias pueden ser eternas". 

Ayude a los niños a hacer tarjetas para dar a sus familias. Por delante escriban: “Puedo tener un corazón comprensivo al…”. Pida a los niños que escriban o dibujen en las tarjetas lo que pueden hacer para ser más comprensivos.

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