lunes, 31 de octubre de 2011

Tiempo para Compartir: La reverencia es amor y respeto por Dios

De “Primary Days”, Ensign, abril de 1994, págs. 65–68.


Yo era niño durante la época de la Gran Depresión. Recuerdo que los niños usaban botas para lluvia porque no tenían zapatos y pasaban hambre porque no había comida. Eran tiempos difíciles.

La Primaria era una resplandeciente luz de esperanza que brillaba en medio de la penumbra. Yo tenía diez años y mi maestra era maravillosa. Recuerdo aquel año como el mejor de la Primaria y debo decir que lo fue gracias a mi grandiosa maestra y no porque los niños de la clase fueran particularmente inteligentes ni excepcionalmente educados, sino todo lo contrario.

La risa de los varones y el parloteo de las niñas en ocasiones deben de haber sido sumamente desconcertantes para nuestras líderes de la Primaria.

Un día, mientras salíamos del salón sacramental para ir a nuestros salones de clases, noté que nuestra presidenta de Primaria se había quedado rezagada. Me detuve y me quedé observándola. Se sentó completamente sola en la primera fila de bancos, sacó un pañuelo y comenzó a llorar. Me acerqué a ella y dije: “Hermana Georgell, no llore”.

“Estoy triste”, respondió.

“¿Qué sucede?”, pregunté.

Ella dijo: “No puedo controlar a los Pilotos de Radar*. ¿Podrías ayudarme?”.

Por supuesto, mi respuesta fue: “Sí”.

Ella dijo: “Ay, Tommy, sería maravilloso si pudieras hacerlo”.

Lo que yo no sabía en ese momento era que yo era uno de los responsables de sus lágrimas. Efectivamente, ella me había pedido que estuviera entre los que ayudaran a lograr la reverencia en nuestra Primaria. Y así lo hicimos.

*Cuando el presidente Monson era pequeño, a los niños de la Primaria que tenían entre nueve y once años se les llamaba Pilotos de Radar, y a las niñas, Pequeñas Hacedoras del Hogar.

Un sendero reverente

Sigue los ejemplos de reverencia de este laberinto que conduce a la lámina de Jesús. Cuando la imagen muestre que Shelley está siendo reverente, escoge el camino que esté indicando la flecha. Cuando la imagen muestre que Shelley no está siendo reverente, no sigas esa flecha.


¡Tú también puedes ser reverente!

A pesar de que él era solamente un niño, el presidente Monson ayudó a que su Primaria fuera un lugar más reverente. Piensa en tres formas en que podrías ayudar a lograr esto en tu Primaria. Escribe tus ideas a continuación y luego trata de ponerlas en práctica. Fíjate en la diferencia que puedes marcar.

1.

2.

3.




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miércoles, 19 de octubre de 2011

Repaso: Palabras Claves

Liahona JULIO DE 2004





Con el fin de repasar las canciones para la presentación en la reunión sacramental, anote el nombre de las canciones en llaves de papel grandes. Pida a un niño que elija una llave y que espere fuera del cuarto. Pida a la Primaria que escoja una palabra clave de la canción; esa será la palabra que no canten en la canción. Anote la palabra en el espacio en blanco de la llave e invite al niño a entrar. Sostenga la llave sobre la cabeza del niño a modo de recordatorio de la palabra que no deben cantar. Canten la canción y deje que el niño adivine la palabra que falta. Recuerde a los niños el mensaje de la canción y repitan la experiencia con las demás canciones que deban repasar.





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lunes, 17 de octubre de 2011

Tiempo para Compartir: El Padre Celestial escucha y contesta mis oraciones.

“Sé humilde; y el Señor tu Dios te llevará de la mano y dará respuesta a tus oraciones”
D. y C. 112:10


Nuestro Padre Celestial nos ama y desea que le oremos a Él; podemos orarle no importa dónde estemos, ya que Él oye y contesta nuestras oraciones.


Charlotte Clark tenía sólo seis años de edad cuando su familia salió de Nauvoo, Illinois, para viajar al oeste, al Valle del Lago Salado. Era una caminata sumamente larga y Charlotte caminaba tanto que se acabó su único par de zapatos. Todas las noches, cuando se arrodillaba a orar, le pedía a nuestro Padre Celestial un par de zapatos.


Un día, cuando Charlotte y su hermana recogían frambuesas, Charlotte vio un par de zapatos; ambas corrieron hasta donde estaban sus padres y ella les dijo: “Mi Padre Celestial me mandó unos zapatos, y me quedan a la medida”. Al padre de la niña le preocupaba que los zapatos le pertenecieran a alguien que los hubiese perdido, de modo que le dijo que si le pertenecían a alguna persona de la caravana, debía devolverlos a su dueño. La familia de Charlotte mostró los zapatos a todos, pero nadie los reclamó; se había contestado la oración de la niña.


Nuestro Padre Celestial contesta nuestras oraciones. Es posible que las respuestas no siempre sean lo que esperamos, pero Él contestará de la manera que sea mejor para nosotros. Podemos orarle a Él en cualquier momento y en cualquier lugar.

Para recordarte las partes de la oración, recorta las configuraciones de la página siguiendo las líneas gruesas y oscuras. Haz un doblez en las líneas punteadas y pega la figura más grande para hacer un tubo achatado. En la tira angosta, escribe en las líneas correspondientes algunas de las cosas por las que estás agradecido y algunas de las bendiciones que pides en tus oraciones. Inserta la tira angosta en la pieza doblada. Esta pieza la puedes colocar en tu almohada a fin de que te recuerde orar antes de acostarte. Por la noche, colócala a un lado de tu cama para que te recuerde orar por la mañana.





Una oración por papá
Por Rebecca C., 10 años, con la ayuda de Maurizio E. D. Bisi


“El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”
Juan 8:12


En mi familia somos cinco y asistimos a la capilla todos los domingos, todos menos mi papá. Él no es miembro de la Iglesia y eso me pone triste. Él es un papá muy bueno y, a veces, va a las fiestas o a los paseos que organiza el barrio. Me gustaría que él siempre fuera.


Mi mamá me enseñó en la Primaria que el Padre Celestial escucha nuestras oraciones y desea ayudarnos. Así que oré para que Él ayudara a mi papá a entender lo importante que el Evangelio es para nuestra familia.


El sábado, yo iba a ver la televisión, cuando pasó algo; mi papá se acercó y me dijo que había cosas mejores que podía hacer, en vez de sentarme enfrente del televisor. “Por ejemplo”, dijo, “¿qué te parece si te leo un lindo relato de la revista Liahona?”.


Así que se sentó conmigo y con mis dos hermanos menores y nos leyó. No sé cómo supo papá que esos relatos estaban en la revista Liahona; pero sí sé que el Padre Celestial había escuchado mis oraciones y las había contestado al tocar el corazón de mi papá para que nos leyera algo de la revista de la Iglesia.


Doy gracias a mi Padre Celestial porque Él escucha mis oraciones.




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viernes, 14 de octubre de 2011

Padre Celestial, dime, ¿estás ahí?

“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá"
Marcos 11:24


Cuando Jesús vivió en la tierra, muchas personas acudieron a escuchar Sus palabras. Llevaron a sus hijos a Jesús para que Él los bendijera, pero los discípulos les dijeron que se fueran. Entonces, Jesús dijo: “…Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios” (Marcos 10:14). Jesús amaba a los niño7s y los bendijo.


La canción de la Primaria “Oración de un niño” nos recuerda ese relato de las Escrituras y nos enseña acerca de la oración.


Padre Celestial, dime, ¿estás ahí?
¿Y escuchas siempre cada oración?
Creo que el cielo muy cerca está,
pues lo siento cuando empiezo a orar.
A los discípulos dijo el Señor:
“Dejad a los niños venir a mí”.
Padre, vengo ahora a ti;
vengo a ti mediante la oración.


Nuestro Padre Celestial te ama. Tú eres Su hijo y desea que le ores con frecuencia, en cualquier momento y en cualquier lugar. La siguiente estrofa de la canción te recuerda que debes orar.


Ora; Él está.
Habla; Él te escucha.
Eres Su Hijo;
Su amor te rodea.
Él te contesta.
Ama a los niños.
De los tales es el Reino,
El Reino de Dios.
(Canciones para los niños, págs. 6–7)


Puedes valerte del diario de oraciones para acordarte de orar. Colócala cerca de tu cama o en tus Escrituras. Colorea el dibujo y anota aquellas cosas por las que quieres dar gracias a tu Padre Celestial cuando ores. Él te ama y escucha cada oración que tú le ofreces, además de bendecirte con lo que necesites






Antes del tiempo para compartir, prepare unos carteles sencillos para que los niños los sostengan con la mano: Pedir, Buscar, Llamar. Para comenzar el tiempo para compartir, ayude a los niños a encontrar Mateo 7:7 y lean juntos el pasaje. Sostenga los carteles en alto y comente las palabras con los niños. Memoricen juntos el pasaje y testifique que las Escrituras nos enseñan sobre la oración. 


Muestre las láminas 305 (La oración de Enós) y 403 (La Primera Visión) de Las Bellas Artes del Evangelio y comparta esos relatos de las Escrituras que tienen que ver con la oración (véase Enós 1:1–18; José Smith—Historia 1:14–20). 


Conceda tiempo a los niños para que compartan experiencias que hayan tenido con la oración y concluyan cantando un himno o una canción sobre la oración. Testifique del poder de la oración.


Muestre la lámina 3-53 del juego de láminas del manual Primaria 3 y comparta el relato de la oración de Carolina (Primaria 3, lección 26, págs.138–139).


Repita el principio semanal del Evangelio: “Mi Padre Celestial desea que le ore con frecuencia: en cualquier momento y en cualquier lugar”. Altere el orden de las palabras de estas dos frases “implorar su santo nombre” e “imploradle”. Escriba en la pizarra las palabras desordenadas y pida a los niños que colaboren como clase para ordenarlas (véase “Letras entremezcladas”, La Enseñanza: El llamamiento más importante, pág. 195). 


Invíteles a consultar Alma 34:17–18 para ayudarles a buscar la respuesta y explíqueles que en estas dos frases se describen las formas de orar. Seleccione palabras clave (“cosechas”, “campos”, “casas”, “los de vuestra casa”, etcétera) de Alma 34:17–27 que nombren cosas por las que hay que orar y anótelas en la pizarra. Pida a los niños que las busquen en las Escrituras y analicen cómo se aplica ese pasaje a la vida de ellos. Testifique del poder de la oración en su vida.


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miércoles, 12 de octubre de 2011

Regalo Día de la Madre: Yo mimo a mi mamá


Sales de baño caseras

Materiales
- 250 gramos de sal gruesa o entrefina
- Colorante de uso doméstico
- Esencias de jabón

Paso a paso
Mezclar la sal gruesa con unas pocas gotas de colorante. Agregar a la preparación un chorrito de esencia o perfume y envasar en un frasco de vidrio.

La esencia puede reemplazarse por un aceite perfumado y con eso se suman a las sales las cualidades terapéuticas de ese óleo. Ejemplo: esencia de romero y de tomillo en partes iguales o tomillo con aceite esencial de eucaliptos para baños sedantes y relajantes.




Presentación: Conos de papel

Paso a paso
Imprimir en cartulina los moldes y cortar con unas tijeras.  Enrollar en forma de cono, y pegar con cinta de doble faz.

Cortar el papel barrilete en forma de rectángulo de 22cm aproximadamente. Enrollar en forma de cilindro y retorcer un extremo fijándolo con cinta doble faz. Colocar el cilindro dentro del cono, rellenar con las sales de baño y en la parte superior cerrar con un lazo.




-Molde-





Jabones de Glicerina

Materiales
- Barra de jabón de glicerina
- Alcohol
- Moldes plásticos o de aluminio para hielos
- Aceite desmoldante o crema para manos
- Papel tissue

Paso a paso
Cortar con un cuchillo o cúter rodajas de jabón y éstas a su vez en pequeños cuadraditos.
Preparar un recipiente de metal para poder introducir a Baño de María y conseguir así derretir la glicerina. Tener en cuenta que la base de la lata no debe tocar el fondo del recipiente que contiene el agua hirviente. Derretir la glicerina a Baño de María hasta que quede completamente líquida, agregando unas gotas de alcohol para que no se forme espuma y quede más transparente la glicerina.

Verter la glicerina líquida en el molde, previamente aceitado, para poder desmoldarlo con facilidad. Dejar solidificar la glicerina en el molde a temperatura ambiente y luego llevar al freezer por un período de 30 minutos. Retirar del freezer, dejar reposar 10 minutos para que tome temperatura ambiente y desmoldar. Una vez desmoldados los jabones, retirarles el aceite desmoldante de la superficie con un papel tissue.





Máscaras de descanso

Materiales
- Tela
- Goma espuma
- Tijera
- Máquina de Coser e hilo
- Elástico

Paso a paso
Cortar el molde dos veces en tela y una vez en la goma espuma. Unir con un alfiler las telas con los derechos enfrentados, el molde en goma espuma y el elástico. Coser por el borde dejando un pequeño hueco en la parte superior. Dar vuelta y terminar de coser a mano.




-Molde-





Bálsamo de Labio

Materiales
- Cera de abejas 5 g
- Aceite de ricino 10 cc
- Aceite esencial de vainilla 10 gotas

Paso a paso
Derretir a baño de María 5 g de cera de abejas. Incorporar 10 cc de aceite de ricino y mezclar bien. Retirar del fuego y agregar 10 gotas de aceite esencial de vainilla. Colocar en envases pequeños y dejar enfriar.




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lunes, 10 de octubre de 2011

Tiempo para Compartir: El Padre Celestial escucha y contesta mis oraciones.


"Sé humilde; y el Señor tu Dios te llevará de la mano y dará respuesta a tus oraciones." (D. y C. 112:10)

Es una bendición maravillosa saber que puedes orar a tu Padre Celestial y que El siempre contestará tus oraciones. A veces la respuesta será "sí" y otras veces "no", y a veces no la recibirás por mucho tiempo. Pero las oraciones que se hacen con fe siempre se contestan. En general, la respuesta de nuestro Padre Celestial nos llega de un modo muy suave. Muy rara vez la oirás con los oídos, ya que se manifiesta con un sentimiento cálido
y suave en el corazón y la mente. (Ve D. y C. 8:2.)

Con el fin de ayudarte a prepararte para recibir respuestas a tus oraciones, nuestro Padre Celestial te ha dado los siguientes pasos: (Ve D. y C. 9:8-9.)

1. Estudia la situación y piensa cuáles son tus alternativas.
2. Escoge la que te parezca mejor.
3. Pregúntale a tu Padre Celestial si lo que has decidido está bien.
4. Escucha con el corazón y con la mente. Si tu decisión es correcta, te sentirás bien al respecto.
5. Si lo que has decidido no es lo correcto, no tendrás un buen sentimiento y será necesario que busques otra solución.

Los personajes de los siguientes relatos siguieron esos pasos a fin de recibir respuesta a sus oraciones. Escribe en cada uno de los espacios en blanco el número del paso que se utilizó. Luego lee las frases en el orden correcto.

Al hermano de Jared se le dijo que preparara barcos para que él y su pueblo atravesaran las grandes aguas y fueran a la tierra prometida. El estaba preocupado porque en los barcos no había luz. (Ve Éter 2:19, 22-25; 3:1-6.)

___ El hermano de Jared decidió fundir de una roca dieciséis piedras pequeñas que eran como cristal transparente. Si el Señor las tocaba, brillarían en la obscuridad.

___ Analizó el problema; sabía que no podían hacer ventanas ni encender fuego porque habría momentos en que los barcos estarían sumergidos en el mar.

___ El Señor extendió su mano y tocó las piedras con el dedo. El hermano de Jared supo que lo que había hecho estaba bien.

___ El hermano de Jared oró para saber si lo que pensaba hacer estaba bien.


Ángel deseaba saber si el Libro de Mormón era verdadero.

___ Leyó el Libro y meditó sobre él. Le gustaron los relatos y las cosas que aprendió.

___ Decidió que el Libro de Mormón era verdadero.

___ Oró para saber si lo que había decidido era correcto.

___ Ángel dijo: "Sentí que el pecho me ardía y supe que era verdadero. Lo sentí en el corazón".


Amanda tenía varios amigos que se reunían después de la escuela para mirar películas en videos. Algunas de las películas tenían escenas que Amanda no estaba segura si serían del agrado de sus padres y de nuestro Padre Celestial. Ella no sabía si debía o no ver ese tipo de películas.

___ A Amanda le gustaba estar con sus amigos. Después de todo, las películas no eran tan malas, y le daban la oportunidad de formar parte del grupo. Si no viera los videos, tal vez no tuviera nada que hacer después de la escuela.

___ Amanda decidió mirar videos con sus amigos.

___ Ella oró para ver si lo que había decidido estaba bien.

___ Se sintió muy incómoda acerca de la decisión que había tomado.


El presidente Spencer W. Kimball estaba preocupado porque no todos los varones de la Iglesia podían recibir el sacerdocio.

___ Una de las Autoridades Generales dijo que había un sentimiento sagrado en la habitación, porque el Espíritu de Dios estaba allí. El Espíritu Santo le hizo sentir al presidente Kimball que aquello por lo que había orado estaba bien. Por medio del poder del Espíritu Santo, todos los que estaban presentes sintieron lo mismo; no oyeron una voz, pero el Espíritu les susurró en la mente y en el corazón que la decisión que se había tomado era correcta.

___ El presidente Spencer W. Kimball pasó muchas horas y días orando y pensando acerca de la situación.
Una vez en el templo, les pidió a las Autoridades Generales su opinión.

___ El presidente Kimball decidió preguntarle a nuestro Padre Celestial si había llegado el momento de que todos los varones dignos de la Iglesia poseyeran el sacerdocio; él mismo ofreció la oración.

Haz un colgante que te recuerde los pasos que debes tomar a fin de recibir respuesta a tus oraciones.


Sigue las siguientes instrucciones: Recorta las figuras y pégalas en una cartulina o cartón grueso. Recórtalas. Haz un pequeño agujero en la parte superior de las figuras y átales un cordón de distinto largo a cada una. Ata los cordones a lo largo de una percha (gancho) para la ropa.

Escribe el rótulo que corresponda a cada figura: Orar, Estudiar y Meditar, Tomar una Decisión, Escuchar.

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viernes, 7 de octubre de 2011

Orar y cantar al Padre Celestial

“La canción de los justos es una oración para mí, y será contestada con una bendición sobre su cabeza” 
D. y C. 25:12


Elder Michael John U. TehCuando era pequeño, a veces se me perdían cosas; buscaba por todas partes, pero no las encontraba. Después de revisar toda la casa dos o tres veces sin encontrar nada, oraba al Padre Celestial para que me ayudara. Cuando comenzaba a buscar de nuevo, encontraba lo que había perdido. Eso me sucedió varias veces durante mi niñez. Esas ocasiones me ayudaron a aprender a confiar en que el Padre Celestial escucha y contesta mis oraciones.


Siendo ya mayor, mi testimonio se fortaleció cada vez que el Padre Celestial contestó mis oraciones. El Padre Celestial nunca nos deja solos. En las Escrituras dice: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Sé que si piden con un corazón sincero y con verdadera intención, el Padre Celestial les dará las respuestas que estén buscando.


Cuando era pequeño, me encantaban las canciones de la Primaria; me encantaba cantarlas, aunque no siempre entendía todas las palabras. A medida que iba creciendo, recordaba las canciones y me ayudaron a hacer lo correcto. Todavía me encantan esas canciones. Recuerdo “Los colores de nuestra Primaria son: rojo, amarillo y azul. Nos traen un mensaje al corazón, símbolos de virtud”. También recuerdo “Si en tu cara enojo hay, lo debes quitar, con una sonrisa tú lo puedes disipar”. La canción del hombre sabio y del imprudente era una de mis preferidas.


Sé que las canciones de la Primaria han sido una fuente de fortaleza para mí. Ahora me siento feliz al ver a los niños aprender canciones de la Primaria. Sé que las canciones los ayudarán tal como me ayudaron a mí.


El orar y cantar canciones de la Primaria cuando era pequeño me ayudó a conocer al Padre Celestial. Sé que soy un hijo de Dios; siempre lo he sabido. Incluso cuando cometo errores, Él es amoroso y generoso conmigo. He aprendido que cuando uno hace aunque sea una cosa sencilla y pequeña, pero correcta, Él derrama sus bendiciones sobre nosotros. No tengo duda de eso. Él me conoce; Él me ama; soy Su hijo.


Al igual que yo, tú eres un hijo de nuestro Padre Celestial. No importa lo que suceda, incluso si otras personas te dieran la espalda, nuestro Padre Celestial no lo hará. Él siempre está a tu alcance cuando lo necesites; Él te ama.

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lunes, 3 de octubre de 2011

Tiempo para Compartir: Las Escrituras me enseñan cómo y cuándo orar.


Explique que lo primero que decimos en una oración es el nombre de nuestro Padre Celestial. Diga a los niños que Jesús nos enseñó esto cuando estuvo en la tierra. Lea en voz alta Mateo 6:9, y explique que por lo general acortamos la frase “Padre nuestro que estás en los cielos” y decimos “Nuestro Padre Celestial” o “Padre Celestial”.


Dígales que Jesús también nos enseñó cómo debemos terminar la oración. Lea en voz alta 3 Nefi 18:19.


• ¿Cómo nos dijo Jesús que debíamos finalizar la oración? (En Su nombre. Terminamos diciendo en el nombre de Jesucristo. Amén.)


• Cuando oramos en la clase o con nuestra familia y la persona que dice la oración dice la palabra “amén”, ¿qué hacemos nosotros?


Explique que cuando hacemos una oración con un grupo de personas, al decir “amén” al final de una oración, estamos diciendo que estamos de acuerdo con lo que la persona haya dicho en la oración. Significa que hemos estado orando junto con esa persona.


Diga a los niños que hay dos razones importantes para orar. Para descubrir la primera, divídalos en dos equipos y pídales que, por turno, nombren cosas que nuestro Padre Celestial ha hecho por ellos. Cada cosa que digan debe ser algo que no se ha dicho antes. Si uno de los equipos no puede responder en seguida, pierde el turno y le toca al otro equipo. Juegue durante un rato hasta que ya no se les ocurra algo que no se haya dicho antes.


Si los niños no dan las siguientes respuestas, menciónelas usted:


• Nuestro Padre Celestial nos dio la vida.
• Nos dio nuestras familias.
• Nos dio la tierra.
• Envió a Jesucristo a la tierra para ayudarnos.
• Prometió contestar nuestras oraciones de la mejor manera.


Pregunte a los niños lo siguiente:
  •  
    Cuando alguien les hace un regalo o es amable y amoroso con ustedes, ¿qué le dicen ustedes?
  •  
    ¿Quién nos ha dado más regalos que ninguna otra persona? (Nuestro Padre Celestial.)
  •  
    ¿Cuál es la primera razón que tenemos para orar? (Agradecerle a nuestro Padre Celestial las muchas bendiciones que nos da.)
Ponga de relieve que así como damos gracias a nuestros padres, familiares y amigos por las cosas especiales que hacen por nosotros, del mismo modo debemos agradecerle a nuestro Padre Celestial lo que hace por nosotros. Cuando le damos gracias, nuestro Padre Celestial se siente feliz.

Explique que la segunda razón para orar es pedir la ayuda de nuestro Padre Celestial. Vuelva a pedirles que nombren cosas que no pueden hacer por si mismos y necesitan la ayuda de nuestro Padre Celestial.



Comparta su testimonio de lo importante que es hablar con nuestro Padre Celestial todos los días. Recuerde a los niños que deberíamos orar a la mañana y a la noche, y en cualquier otro momento en que necesitemos ayuda especial o nos sintamos agradecidos con nuestro Padre Celestial.
Anime a los niños a no olvidarse de orar a la mañana y a la noche durante la semana.



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